Là où nous sommes, il n'y a pas de crainte urgente.
Rene Char
Los barcos han cruzando bajo el viejo muelle.
Como las ciudades han dejado su deriva
Para ir a romper espejos.
/Y ya no hay qué las aproxime a la noche
Esas estrellas tiritando en miles de espejismos
Ahora pulverizados./
Pero entonces
Los barcos han cruzado
Y sólo un hombre desde el puente lo observa
Él conoce la noche como también las brújulas
Que peregrinan a orillas del mar.
Y el hombre observa mientras camina
Por los adoquines del mundo
-que son pequeños perímetros de hielo-
Su sombrero está cubierto de nieve
Antes de lluvia
Antes de rocío/ de la niebla
El hombre trae
Un cigarrillo congelado en su boca
Antes encendido
Antes en los bolsillos
Pero ahora en sus bolsillos guarda sus manos
-Incluso aquella que no tiembla-
La guarda con su guante de cristales-nube.
Las aves que vigilan el puente lo saben
Las aves donde encontrar su rostro
Lo saben
Sus alas de cuchillos azules
De anhelos y sonrisas por el viento
/en contra
Lo saben y vuelan veloces para anunciarle a la luna
Que el hombre ha dejado
Un puente
Un castillo.