martes, 25 de noviembre de 2008

Atrás, en el revés del río que guardó el desierto
Mirada turbia y desaparecida entre la arena.


Infinita también


En la promesa de las piedras, la memoria.
En la voz que no sé pronunciar,
Porque nadie espera
todo el sobresalto de las estrellas

Y el ojo solar.

1 comentario:

Pablo Rumel Espinoza dijo...

y el ojo de Xul Solar, habría puesto yo.